Capítulo 11.♥ Esto no es un regalo.

Febrero: Hoy Holly escribe una carta... ¿por qué no para de llover?

Sam. Oh, Dios mío, como suena ese nombre. Ha pasado un mes desde lo que ocurrió en tu casa, ha pasado un mes desde que te dije que no quería nada más contigo, ni amistad, ni si quiera quería que me saludaras. Perdóname porque engañé a mi mejor amigo, engañé a ... mi chico preferido. Perdóname porque volví a equivocarme en cuanto a mis sentimientos. Te dije cosas que jamás te habría dicho si aquella tarde en la que, sin querer, te pillé saliendo de la ducha... te dije cosas que jamás habría dicho si la puerta de la habitación en la que te encerraste hubiese estado abierta. Hoy me he dado cuenta de que te quiero y de que esto es imposible. 
Esta carta nunca va a llegar a ti. ¿Yo no quiero? El destino no quiere jugar a ponernos contra la espada y la pared, el destino quiere que cada uno siga su camino y tú has de seguir el tuyo y yo el mío. He pensado en largarme de aquí pero, ¿de qué me sirve salir de esta inmensa ciudad, si de quien pretendo huir seguirá dentro de mí, y eres tú? Lo siento, perdóname otra vez, joder. Perdona a esta rubia que cometió el mayor error de su vida y te dejó marchar.
Atentamente Con cariño: Holly. La carta que nunca leerás, Sam.


-¿Qué le dijiste? -Kate se tumbó sobre la cama del hotel y acarició las sabanas recién lavadas.
-Le dije que no le necesitaba, que podía vivir sin él y que me dejara tranquila. Esta amistad se acabó para los dos, Sam. Eso le dije. -Holly quiso parecer una insensible ante su amiga, pero en realidad quería llorar como nunca antes lo hizo- ¿Y tú? ¿Dónde estuviste? Te noto más... no sé, más...
-Creo que puedo estar embarazada, Holly. 


Nota de la escritora: Saltamontes, estos capítulos son cortitos porque ando de exámenes para aquí y para allá, pero espero que estéis preparadas para la caña que os va a dar Holly en verano. Preparaos, no es moco de pavo.
Besuquitos.